Este pequeño hábito hará que escribir un diario sea sostenible

 

A veces tu mente se siente como un navegador con demasiadas pestañas abiertas. Estás pensando en lo que pasó ayer, en lo que tienes que hacer hoy, en lo que no quieres sentir pero igual ahí está. En esos momentos, escribir un diario puede ser una forma sencilla de poner orden entre tanto ruido.

 

Y aunque sabemos que escribir puede ser terapéutico, la mayoría no sabe por dónde empezar. Ni qué escribir.

 

Pero hay una práctica tan simple que casi parece absurda, pero se ha vuelto el primer paso para miles de personas que quieren ordenar sus ideas.

 

¿Quieres saber de qué se trata? Entonces presta atención a lo que viene.

 

 

¿Qué son las morning pages y como me sirven para escribir un diario? 

 

La idea de las morning pages o la páginas matutinas, salió del libro The Artist’s Way de Julia Cameron (que por cierto, no necesitas ser artista para leer).

 

Donde la autora propone esto: cada mañana, antes de que empiece el ruido del mundo, escribe tres páginas a mano. Lo que sea. Sin filtros.

 

Piensa en esto como sacar la basura emocional del día anterior o como limpiar tu navegador mental.

 

Con este método, escribir un diario no tiene que tener sentido, ni siquiera ser profundo. Solo tiene que salir.

 

 

¿Y por qué escribir un diario con cosas sin sentido?

 

Porque si no las sacas, se quedan ahí.


Molestando. Bloqueando. Drenando energía.

 

Psychology Today dice que este tipo de escritura libre ayuda a reducir ansiedad, organizar pensamientos y desbloquear creatividad.

 

Básicamente: escribir es una forma de escuchar lo que estás pensando… antes de que se te olvide.

 

“Pero es que yo no escribo”

 

Genial, esto no es para escritores. Es para humanos.

 

Y si alguna vez te has sentido saturado, estancado o simplemente con la mente hecha un lío, entonces: esto es para ti.

 

De hecho, lo más común es que escribas cosas como: “No sé qué escribir. Tengo sueño. ¿Qué hago hoy? Debería hacer ejercicio. No quiero. Ayer soñé raro. Ok, sigo escribiendo…”. Y después de unas líneas, algo se desbloquea, y los pensamientos comenzan a fluir. 

 

 

¿Qué puedes ganar con este hábito?

 

De acuerdo con Frontiers in Psychology, este tipo de escritura libre ayuda a procesar emociones intensas y reduce significativamente la ansiedad. Además, Vox explica que practicar journaling de forma constante puede ofrecer orden mental que mejora la salud emocional, reduce la depresión, facilita una mayor claridad y enfoque al tomar decisiones.

 

Desde otra perspectiva, Harvard Business Review señala que, al ver tus pensamientos en papel, es más fácil detectar lo que realmente te importa y tomar decisiones más conscientes.

 

Incluso tu descanso puede mejorar: según un estudio publicado en el Journal of Experimental Psychology, quienes escribían una lista de tareas pendientes antes de dormir conciliaban el sueño más rápido que quienes no lo hacían.

 

 

¿Cómo empezar?

 

Julia Cameron no lo complica. De hecho, insiste en que entre más simple lo mantengas, mejor. Esto es lo que propone en su libro:

 

    1. Hazlo por la mañana.

      Antes de revisar tu celular, de hablar con alguien o de meterte al ritmo del día. Apenas despiertes, escribe. Aunque tengas sueño. Aunque no sepas qué poner.

    2. Escribe tres páginas a mano.

      Ni en tu celular ni en la compu. A mano. Y que sean tres páginas completas. Si no sabes qué decir, escribe justo eso: “No sé qué escribir”. Eventualmente, algo sale.

    3. No edites ni releas.

      Esto no es un diario bonito ni un ensayo. Nadie lo va a leer, ni siquiera tú (al menos no por ahora). La regla es: escribe y suelta. Nada de juzgar lo que pusiste.

    4. Escribe lo que sea.

      Pensamientos caóticos, quejas, ideas random, pendientes, emociones incómodas. No tiene que tener estructura ni lógica. Es justo lo que lo hace útil: no hay forma correcta.

    5. Hazlo todos los días.

      Sí, todos. Incluso cuando no tengas tiempo, ganas o algo importante que decir. Como dice Julia: “Las páginas matutinas provocan claridad, consuelo, enfoque y coraje.”

Último tip: no lo pienses tanto

 

Este ejercicio no es para hacerlo bonito, es para hacerlo útil. Y la única forma en que sirve… es haciéndolo.

 

Así que no lo sobrepienses. Solo siéntate, escribe lo que sea, y deja que el resto se acomode solo.

 

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¿Cómo saber qué tipo de meditación necesito?

Cuando pensamos en meditación, solemos imaginar a alguien sentado en silencio, respirando profundamente y sin pensar en nada. Pero la realidad es que meditar no significa dejar de pensar, sino aprender a convivir con lo que pasa dentro de ti sin pelearte con ello.

Y lo más liberador es esto: no hay una única forma de hacerlo.
Existen estilos suaves, intensos, en movimiento, con palabras, con silencios… Y cada uno sirve para algo distinto.

 

 

¿Cómo saber qué tipo de meditación practicar según cómo te sientes?

 

Una de las razones por las que muchas personas abandonan la meditación es porque intentan forzar una práctica que no va con su energía del momento.

La clave no es elegir una sola técnica para siempre, sino permitirte cambiar de tipo de meditación según tu estado emocional, mental o incluso físico.

Aquí te presentamos 12 tipos de meditación que puedes probar, según lo que estés sintiendo o necesites el día de hoy:

 

 

1. Cuando necesitas guía

 

De acuerdo con Cleveland Clinic, la meditación guiada consiste en dejarte llevar por la voz de alguien más: una persona que te acompaña paso a paso, a través de la práctica. Puede ser en vivo, por audio o con una app. Pruébala si: estás empezando o te cuesta meditar solo.

 

 

2. Cuando tu mente no se detiene

 

Según Healthline, la meditación con mantras usa palabras o frases repetidas que ayudan a calmar la mente. Con este tipo de meditación, al enfocarte en un solo sonido, le das a tu mente algo estable donde descansar.
Pruébala si: te sientes mentalmente abrumado o con pensamientos acelerados.

 

 

 

3. Cuando buscas conexión espiritual

 

Como lo explica Verywell Mind, la meditación espiritual te invita a reconectar con algo más grande que tú: ya sea Dios, el universo o tu guía interior. Suele practicarse en silencio o con afirmaciones.
Pruébala si: estás buscando sentido o contención emocional.

 

 

4. Cuando necesitas moverte para relajarte

 

De acuerdo con el mismo artículo de Verywell Mind, el yoga consciente es una forma de meditación activa. Al sincronizar respiración, movimiento y atención, te sumerges en el momento presente mientras te mueves.
Pruébala si: no puedes quedarte quieto o prefieres meditar en movimiento.

 

 

5. Cuando necesitas volver al presente

 

De acuerdo con la Mayo Clinic, el mindfulness (o atención plena) te entrena para observar lo que está pasando en el momento presente: tus pensamientos, tu cuerpo, tu respiración… sin juzgar nada.
Pruébala si: vives con ansiedad o pasas demasiado tiempo en modo automático.

 

 

6. Cuando quieres estructura y profundidad

 

Según Byrdie, la meditación trascendental consiste en repetir un mantra específico durante 20 minutos, dos veces al día. Requiere guía de un maestro y es muy utilizada por personas que buscan una práctica constante y profunda.
Pruébala si: te gusta seguir rutinas o buscas una práctica más formal.

 

7. Cuando estás listo para observarte sin filtros

 

De acuerdo con Verywell Mind, la meditación vipassana es una técnica ancestral que te enseña a observar tus pensamientos, emociones y sensaciones sin reaccionar. Solo los miras, los reconoces… y los dejas pasar.
Pruébala si: quieres desarrollar autoconciencia y calma mental.

 

 

8. Cuando necesitas escucharte sin juicio

 

Nuevamente Verywell Mind, nos comparte que ser el observador de tu mente sin intentar cambiar nada es uno de los ejercicios más poderosos de presencia. Te ayuda a dejar de identificarte con cada emoción o pensamiento que aparece.
Pruébala si: sientes que estás reaccionando más de lo que te gustaría.

 

 

9. Cuando quieres sanar vínculos (incluyendo contigo)

 

Como lo muestra Healthline, la meditación metta (también conocida como meditación de amor y bondad) consiste en enviar pensamientos compasivos hacia ti mismo y hacia los demás, incluso hacia personas con las que tienes conflictos.
Pruébala si: sientes resentimiento, soledad o necesitas reconectar con tu corazón.

 

 

10. Cuando te sientes fuera de balance

 

Según la Cleveland Clinic, los chakras son centros de energía en el cuerpo, y meditar en ellos puede ayudarte a liberar bloqueos físicos o emocionales. Este tipo de meditación suele incluir visualizaciones y colores.
Pruébala si: sientes “carga” emocional o tensión en ciertas partes del cuerpo.

 

 

11. Cuando quieres entrenar tu enfoque

 

Según Healthline, el trataka o meditación con vela consiste en fijar la vista en una llama sin parpadear. Esta técnica mejora la concentración, calma la mente y estimula la intuición.
Pruébala si: te cuesta mantener la atención o quieres activar tu lado creativo.

 

 

12. Cuando quieres visualizar un cambio

 

Como lo explica Healthline, las meditaciones con visualización te ayudan a imaginar con claridad una meta, una situación o una transformación que deseas. Este tipo de meditación, es una forma de conectar con tu poder interior y enfocar tu energía.
Pruébala si: estás manifestando un proyecto o atravesando una transición.

 

 

La meditación que sirve es la que haces

 

No hay meditación perfecta, ni mente que se quede en blanco al primer intento. Y tampoco tienes que hacer siempre la misma.

 

Explora. Experimenta. Sé amable contigo.


Incluso cinco minutos al día pueden cambiar la forma en la que te hablas, te entiendes y te sostienes.

 

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